Tuesday, October 31, 2006

El Licenciado Humanes (parte 2)

Mientras su teléfono sonaba y sonaba, y llamada tras llamada iban al buzón de mensajes, Humanes, como poseído, febrilmente, tipeaba en la computadora, en un Word pelado al que luego Margarita le daría algún formato para que quedara prolijo, y le revisara la ortografía y el tipeo; ninguno era su fuerte. Él era un hombre de palabras, de las dichas, no las escritas.
Tras las dos primeras horas en que no decayó nunca su ritmo e inspiración, por fin se movió y pidió a Margarita el primer café de la jornada. Esta vez se lo había ganado, a diferencia de las miles de tazas anteriores que sólo eran para poder quemar cuatro o cinco minutos de una jornada tediosa e improductiva.
Hoy no, hoy iba a arrojar su pregunta al papel, para luego confrontarla con el resto del Concejo.
"Prócer, ¿se nace o se hace?"
En un intento de aumentar su inspiración desplegó en su escritorio todos los billetes de diferente denominación. Cada uno tenía la cara de uno de los padres de la Patria.
Con esa especie de collage histórico enfrente se dio cuenta que estaba sobre la pista de algo interesante; de un gran experimento cívico y social. Sólo restaba que los demás concejales lo aprobaran, y para eso iba a realizar el proyecto, para convencerlos.
Llegada la hora del almuerzo, Humanes no frenó, siguió trabajando, llenando hoja tras hoja del proyecto, como en trance.
Recié na las quince horas se detuvo un momento, porque Margarita ingresó al despacho para avisarle que el Gobernador, presidente de su partido, lo había ido a ver. Eso sí era urgente.

-"Gobernador ¿cómo le va? Pase usted, ¿qué se le ofrece?"
- "Licenciado Humanes" - dijo el Gobernador, un hombre intimidante, que exudaba poder por los poros, y que con su casi metro noventa reclamaba atención cada vez que entraba a un salón.- "vengo a verlo porque están circulando rumores sobre su improductividad en el Concejo", dijo, yendo al grano. "No hace falta que le recuerde que fui yo quien lo acompañó en su campaña y quien recomendó a la gente a que lo votara; está también mi reputación en juego; y jamás juego con ella. Quiero venir a usted, que me diga de primera mano, si tengo o no que creerle a estos rumores." Recién en ese momento el Gobernador se sentó y esperó la respuesta de Humanes, que sintió como si fuera una prueba de fe que le exigía su propia razón para seguir adelante. Debía convencer al Gobernador; ya que esto le allanaría el terreno ante el Concejo. Tener al Gobernador de su lado sería casi una garantía que el proyecto se llevaría a cabo. Al final de cuentas, ese hombre era el más poderoso de la Provincia.
Tragó saliva y comenzó.
-"Bien, Gobernador. Usted conoce mejor que nadie cómo son los rumores; el hecho que aún no haya presentado ningún proyecto no quiere decir que no esté trabajando" - comenzó con una mentira piadosa, pero la necesitaba para lograr el bien mayor, el objetivo último, como lo son todas las mentiras piadosas, límite extraño si los hay...
-"Simplemente me tomo mi tiempo para trabajar como corresponde. Le cuento de qué se trata el proyecto en el que estoy actualmente detallando y puliendo sus formas.
Estoy postulando que, así como alguna vez se extinguieron los dinosaurios; en nuestra sociedad se extinguieron los próceres".
Tras esa frase, Humanes tomó coraje y avanzó más decidido con sus palabras hacia el Gobernador.
"Estoy buscando responer la pregunta sobre si Prócer, ¿se nace o se hace?".
El Gobernador lo miraba y parecía tener sólo dos preguntas: ¿Cómo y cuánto costaría hacerlo?

Humanes recibió el café que Margarita traía, y tras guiñarle el ojo en complicidad, continuó:
"Hoy por hoy la sociedad está perdida, no sabemos dónde ir, no hay modelos a seguir, y así estamos extinguiendo la clase que empuja para que el país crezca; o que alguna vez empujó." Tomó aire y siguió, con creciente confianza. "Si hoy somos algo es por ellos y la diferencia que supieron hacer en la sociedad, y sinceramente no creo que hoy haya mucho de eso. Pero con mi proyecto de ordenanza estaremos estudiando si se puede predestinar a alguien a serlo".

- "Suena ambicioso", dijo el Gobernador, "muy ambicioso, ¿qué tan factible cree que es?".

- "Estoy terminando de definirlo. Le prometo que antes de mostrarlo al Concejo, se lo explicaré en detalle, ¿le parece?"

- "Me parece bien. Lo dejo seguir trabajando. Manténgame al tanto, y por favor apúrese, no me gusta que se hable mal de mí, ni de mis colegas sin fundamento. Apúrese, así no les damos razones".

1 comment:

Graciela L Arguello said...

Me encanta lo de " no me gusta que se hable mal de mí...sin fundamento" es cuestión de dar fundamento entonces.... Un beso Graciela Leo