Sé que los tengo olvidados, pero estoy con la preparación de mi primer libro en papel y esta novela está avanzando lentamente, pronto más capítulos.
Gracias por esperar
Sunday, May 11, 2008
Wednesday, March 21, 2007
Cap 3 - Masivos (2° Parte)
Los productores de la Mañana con Todos no daban abasto; las líneas ardían. Estaba teniendo más repercusión el tema de los Próceres de Humanes que el que había tenido el superclásico. Los oyentes inundaban de mensajes todas las vías de comunicación a la radio. Y Carolini las leía al aire.
-"´Humanes está loco, no se puede inventar un prócer, mire sino el experimento de Frankestein´ dice Blanca del Centro.
No Blanquita, pero tampoco es para tanto, el Concejal Humanes está planteando darle un cierto estatus histórico a los 20 primeros bebés del próximo año, no crear seres a partir de chatarras o retazos", decía Carolini, aunque por dentro pensaba... ¡y si estamos creando Frankesteins sociales? ¿Tendrá razón Blanca del Centro?
-"Aquí tenemos otro llamado: Daniela nos pregunta más detales sobre la operatoria. ¿Se tendrán en cuenta todos los hospitales, todos los nacimientos, o sólo aquellos que ocurran en hospitales o sanatorios públicos? Aún no sabemos, querida Daniela, pero seguramente ya nos empezará a llegar más información de parte de la oficina de prensa del Concejo o del mismo Concejal.
Las preguntas seguían al aire y a Daniela le entró la duda, le comenzó la angustia: ¿Qué pasaría si agendaba la cesárea en la clínica de la mutual, para luego enterarse que sólo en los hospitales públicos podía ser? ¿Qué pasaría si agendaba para el primero de Enero y los demás Concejales demoraban la votación y comenzaba a regir después que naciera su bebé? No podía permitírselo.
Humanes sonreía satisfecho. Sobrevivir a Carolini era casi equivalente a tener éxito. Si la prensa era el quinto poder, sin dudas Carolini era al menos un mariscal del mismo, y llegaba a toda la Provincia. Al día siguiente vería las repercusiones en los diarios y no le cabían dudas que iban a ser positivas. Haber superado a Carolini, haber logrado ser el tema del día en Todas las Mañanas era el más claro signo que volvería el tema masivo; si lograba el visto bueno del resto de los pesos más pesados de los medios, sabía que iba a lograr ser el candidato natural en la mente de todos, si se había adjudicado una banca en el Concejo con sus setenta mil votos, estaba seguro que con su proyecto y el apoyo de los masivos, como Carolini y los demás, su camino al sillón del Gobernador estaba asfaltado; y el beneplácito del mismo Gobernador lo transformaría en autopista. ¡Ah Humanes, cómo saboreaba el éxito esa jornada!
-"´Humanes está loco, no se puede inventar un prócer, mire sino el experimento de Frankestein´ dice Blanca del Centro.
No Blanquita, pero tampoco es para tanto, el Concejal Humanes está planteando darle un cierto estatus histórico a los 20 primeros bebés del próximo año, no crear seres a partir de chatarras o retazos", decía Carolini, aunque por dentro pensaba... ¡y si estamos creando Frankesteins sociales? ¿Tendrá razón Blanca del Centro?
-"Aquí tenemos otro llamado: Daniela nos pregunta más detales sobre la operatoria. ¿Se tendrán en cuenta todos los hospitales, todos los nacimientos, o sólo aquellos que ocurran en hospitales o sanatorios públicos? Aún no sabemos, querida Daniela, pero seguramente ya nos empezará a llegar más información de parte de la oficina de prensa del Concejo o del mismo Concejal.
Las preguntas seguían al aire y a Daniela le entró la duda, le comenzó la angustia: ¿Qué pasaría si agendaba la cesárea en la clínica de la mutual, para luego enterarse que sólo en los hospitales públicos podía ser? ¿Qué pasaría si agendaba para el primero de Enero y los demás Concejales demoraban la votación y comenzaba a regir después que naciera su bebé? No podía permitírselo.
Humanes sonreía satisfecho. Sobrevivir a Carolini era casi equivalente a tener éxito. Si la prensa era el quinto poder, sin dudas Carolini era al menos un mariscal del mismo, y llegaba a toda la Provincia. Al día siguiente vería las repercusiones en los diarios y no le cabían dudas que iban a ser positivas. Haber superado a Carolini, haber logrado ser el tema del día en Todas las Mañanas era el más claro signo que volvería el tema masivo; si lograba el visto bueno del resto de los pesos más pesados de los medios, sabía que iba a lograr ser el candidato natural en la mente de todos, si se había adjudicado una banca en el Concejo con sus setenta mil votos, estaba seguro que con su proyecto y el apoyo de los masivos, como Carolini y los demás, su camino al sillón del Gobernador estaba asfaltado; y el beneplácito del mismo Gobernador lo transformaría en autopista. ¡Ah Humanes, cómo saboreaba el éxito esa jornada!
Friday, February 09, 2007
Cap.3 - Masivos (Parte 1)
Daniela se levantó más temprano que de costumbre; como tenía la panza cada vez más grande, le costaba cada vez más encontrar una posición cómoda para dormir. Y todavía le quedaban cuatro meses y pico por delante.
Con su ritual tradicional de tomar mates y escuchar las noticias, comenzó ese día que, cuando se despertó, parecía uno más, pero que en realidad, iba a cambiar muchas de sus decisiones.
Encendió la radio para escuchar La Mañana con Todos, con Adrián Carolini, al igual que hacían todos los que prendían la radio a la mañana. Adrián Carolini era el conductor y quien podía instalar la agenda del día en un santiamén.
Daniela, como siempre, escuchaba de fondo, mientras realizaba algunas tareas en el hogar, antes de salir a trabajar en la escuela primaria, donde dictaba clases a los niños de tercer grado. Pronto iba a entrar en licencia, cuando su embarazo estuviera más avanzado.
Del otro lado del dial, Carolini entrevistaba a un concejal y le preguntaba: -"¿Pero entonces me está diciendo que, como la sociedad no puede formar nuevos próceres, primero van a señalar con el dedo quiénes serán los próceres y que ellos, a lo largo de sus vidas lo justifiquen?".
-"Exactamente, Carolini, yo no lo hubiera podido resumir mejor", respondió Humanes.
-"¿No le parece, perdone la pregunta, concejal Humanes, un poco absurdo?".
-"Absurdo sería dejar que esta sociedad tienda cada vez más a la debacle moral. Recuerde, Carolini, no estamos proponiendo un nuevo diluvio que purifique el mundo, simplemente estamos postulando que debemos tomar el destino de nuestra querida ciudad, de nuestra sociedad en nuestras manos, y buscar soluciones alternativas para evitar que el paso de la historia nos avasalle y nos vuelva indiferentes a la corrupción y a la podredumbre", sentenció Humanes, y en su voz se notaba una creciente sensación de ser el futuro candidato natural a Gobernador. Sobre todo si este experimento prosperaba.
- "Y dígame, concejal Humanes, ya que no entiendo cómo operarían esto. ¿Se realizará un sorteo?", preguntó el periodista.
- "No, la operatoria será más bien sencilla. Los veinte primeros nacidos el año próximo serán los nuevos próceres. Serán los elegidos para devolver el status de las viejas figuras históricas. Cabe aclarar que el Estado se hará cargo de su bienestar y educación, y los seguiremos muy de cerca", decía Humanes, mientras Daniela abría los ojos y llamaba por teléfono a su marido. Debían fijar fecha para la cesárea. Para no correr riesgos tenía que ser el primero de Enero.
- "En definitiva Humanes, lo que usted está postulando es crear gente de bien, próceres, por decreto..." preguntó Carolini antes de finalizar la entrevista.
- "Claro, en realidad, por ordenanza, que es casi lo mismo".
Con su ritual tradicional de tomar mates y escuchar las noticias, comenzó ese día que, cuando se despertó, parecía uno más, pero que en realidad, iba a cambiar muchas de sus decisiones.
Encendió la radio para escuchar La Mañana con Todos, con Adrián Carolini, al igual que hacían todos los que prendían la radio a la mañana. Adrián Carolini era el conductor y quien podía instalar la agenda del día en un santiamén.
Daniela, como siempre, escuchaba de fondo, mientras realizaba algunas tareas en el hogar, antes de salir a trabajar en la escuela primaria, donde dictaba clases a los niños de tercer grado. Pronto iba a entrar en licencia, cuando su embarazo estuviera más avanzado.
Del otro lado del dial, Carolini entrevistaba a un concejal y le preguntaba: -"¿Pero entonces me está diciendo que, como la sociedad no puede formar nuevos próceres, primero van a señalar con el dedo quiénes serán los próceres y que ellos, a lo largo de sus vidas lo justifiquen?".
-"Exactamente, Carolini, yo no lo hubiera podido resumir mejor", respondió Humanes.
-"¿No le parece, perdone la pregunta, concejal Humanes, un poco absurdo?".
-"Absurdo sería dejar que esta sociedad tienda cada vez más a la debacle moral. Recuerde, Carolini, no estamos proponiendo un nuevo diluvio que purifique el mundo, simplemente estamos postulando que debemos tomar el destino de nuestra querida ciudad, de nuestra sociedad en nuestras manos, y buscar soluciones alternativas para evitar que el paso de la historia nos avasalle y nos vuelva indiferentes a la corrupción y a la podredumbre", sentenció Humanes, y en su voz se notaba una creciente sensación de ser el futuro candidato natural a Gobernador. Sobre todo si este experimento prosperaba.
- "Y dígame, concejal Humanes, ya que no entiendo cómo operarían esto. ¿Se realizará un sorteo?", preguntó el periodista.
- "No, la operatoria será más bien sencilla. Los veinte primeros nacidos el año próximo serán los nuevos próceres. Serán los elegidos para devolver el status de las viejas figuras históricas. Cabe aclarar que el Estado se hará cargo de su bienestar y educación, y los seguiremos muy de cerca", decía Humanes, mientras Daniela abría los ojos y llamaba por teléfono a su marido. Debían fijar fecha para la cesárea. Para no correr riesgos tenía que ser el primero de Enero.
- "En definitiva Humanes, lo que usted está postulando es crear gente de bien, próceres, por decreto..." preguntó Carolini antes de finalizar la entrevista.
- "Claro, en realidad, por ordenanza, que es casi lo mismo".
Tuesday, November 21, 2006
Cap 2 - La Presentación (3º Parte)
La presentación estaba lista. Sabía que iba a impactar a todos sus colegas concejales. Nunca ninguno había preparado algo más que un cúmulo de sopor y palabras, y esta vez Humanes llevaba frases célebres, estadísticas, imágenes, diapositivas, y un discurso emotivo y movilizador. Sentía que no eran sus palabras, sino de un ser superior que hablaba a través suyo. Definitivamente no era su forma normal de trabajar, así que probablemente fuera alguien superior expresándose por su intermedio.
Media hora antes de la sesión del Lunes, Humanes llegó con su maletín al recinto y chequeó que todo estuviera en orden para cuando el Presidente del Concejo le concediera la palabra para presentar su proyecto, para cuando le permitieran volarle el cerebro a sus colegas con su genialidad, o eso creía.
Margarita estaba bien preparada, con un termo rebosante de café que el Concejal se encargó de vaciar en cinco o seis tragos. Por mucho que le quemara el esófago, necesitaba el shock de la cafeína ingresando masivamente en su organismo.
Por primera vez desde el fin de semana se sentía nervioso, sabía que su pasaporte a los libros de historia dependía de esta presentación. Afortunadamente para él, la sobredosis de cafeína hizo efecto rápido y se sentía más veloz e intrépido que nunca. Sus nervios se calmaron y supo que tenía el éxito casi en el bolsillo. Después de todo, ya contaba con el visto bueno del Gobernador, que era casi sinónimo de un sí rutilante por parte del Concejo.
"Señor Presidente del Concejo Deliberante, autoridades, estimados colegas, señores y señoras conciudadanos presentes: Estoy aquí para presentarles mi proyecto de recuperación del deber cívico, de rescate de una clase perdida, de resucitar a la raza extinguida de los próceres, de los hombres y mujeres merecedores de un sitial en los libros de historia; y de un sitial honroso, admirable; capaz de mirar a los ojos a un San Martín, un Bolívar, un Alberdi, un Winston Churchill, un George Washington o un Manuel Belgrano. Alguien que cuando sea honrado por la sociedad, premiado por su servicio y su trayectoria no haga que los Padres de la Patria se retuerzan en su tumba delirando porque entregaron sus vidas por nada, por esta sociedad que tenemos hoy...
La ciudad crece día a día y nos encontramos, como Concejales, con el dilema de cómo nombrar las nuevas calles que la conforman, ya que ningún personaje actual o de nuestra historia reciente merece semejante reconocimiento. Revisemos los últimos nombramientos: una avenida en honor al campeón de boxeo, un bulevar honrando a un corrupto cuyo único mérito fue ser el menos corrupto de su administración, una calle en honor al músico que más discos vendió; pero nunca más un prócer, nunca más un libertador, un educador, un héroe, un formador, un creador, un constructor de la sociedad.
Es hora que los creemos, queridos colegas, es hora que los produzcamos; es hora de involucrarnos en el nacimiento de los nuevos hacedores de Patria.
Es por esto que propongo que los primeros nacidos del próximo año sean quienes, con su nombre, designen las nuevas calles de esta ciudad creciente y que, a lo largo de sus predestinadas vidas deban encargarse de justificar tal prerrogativa, la de ser los nuevos próceres del siglo 21, los nuevos héroes sociales, cívicos y políticos.
Los nuevos seres humanos ejemplares de nuestra comunidad.
Si Mahoma no va a la montaña, que la montaña vaya a Mahoma; si la sociedad no logra generar almas nobles y próceres, creemos almas nobles y próceres y luego acerquémoslas a la sociedad." Quizás nos auyden a purificarla y mejorarla"...
El Concejal Salvatierra alzó la mano y preguntó: "¿Está diciendo, compañero Humanes, que quiere crear próceres por decreto?"
- Por Decreto no, Concejal Salvatierra, por ordenanza, que es casi lo mismo", sentenció Humanes.
Humanes encendió un habano y se sirvió un whisky.
Mayoría absoluta y aprobación sobre tablas. Sólo restaba discutir la operatoria, pero su proyecto había sido exitoso, entraría en los libros de historia y los manuales de primaria por la puerta grande; había logrado resucitar la raza de los próceres, y por decreto, bueno, en realidad, por ordenanza, que es casi lo mismo.
Media hora antes de la sesión del Lunes, Humanes llegó con su maletín al recinto y chequeó que todo estuviera en orden para cuando el Presidente del Concejo le concediera la palabra para presentar su proyecto, para cuando le permitieran volarle el cerebro a sus colegas con su genialidad, o eso creía.
Margarita estaba bien preparada, con un termo rebosante de café que el Concejal se encargó de vaciar en cinco o seis tragos. Por mucho que le quemara el esófago, necesitaba el shock de la cafeína ingresando masivamente en su organismo.
Por primera vez desde el fin de semana se sentía nervioso, sabía que su pasaporte a los libros de historia dependía de esta presentación. Afortunadamente para él, la sobredosis de cafeína hizo efecto rápido y se sentía más veloz e intrépido que nunca. Sus nervios se calmaron y supo que tenía el éxito casi en el bolsillo. Después de todo, ya contaba con el visto bueno del Gobernador, que era casi sinónimo de un sí rutilante por parte del Concejo.
"Señor Presidente del Concejo Deliberante, autoridades, estimados colegas, señores y señoras conciudadanos presentes: Estoy aquí para presentarles mi proyecto de recuperación del deber cívico, de rescate de una clase perdida, de resucitar a la raza extinguida de los próceres, de los hombres y mujeres merecedores de un sitial en los libros de historia; y de un sitial honroso, admirable; capaz de mirar a los ojos a un San Martín, un Bolívar, un Alberdi, un Winston Churchill, un George Washington o un Manuel Belgrano. Alguien que cuando sea honrado por la sociedad, premiado por su servicio y su trayectoria no haga que los Padres de la Patria se retuerzan en su tumba delirando porque entregaron sus vidas por nada, por esta sociedad que tenemos hoy...
La ciudad crece día a día y nos encontramos, como Concejales, con el dilema de cómo nombrar las nuevas calles que la conforman, ya que ningún personaje actual o de nuestra historia reciente merece semejante reconocimiento. Revisemos los últimos nombramientos: una avenida en honor al campeón de boxeo, un bulevar honrando a un corrupto cuyo único mérito fue ser el menos corrupto de su administración, una calle en honor al músico que más discos vendió; pero nunca más un prócer, nunca más un libertador, un educador, un héroe, un formador, un creador, un constructor de la sociedad.
Es hora que los creemos, queridos colegas, es hora que los produzcamos; es hora de involucrarnos en el nacimiento de los nuevos hacedores de Patria.
Es por esto que propongo que los primeros nacidos del próximo año sean quienes, con su nombre, designen las nuevas calles de esta ciudad creciente y que, a lo largo de sus predestinadas vidas deban encargarse de justificar tal prerrogativa, la de ser los nuevos próceres del siglo 21, los nuevos héroes sociales, cívicos y políticos.
Los nuevos seres humanos ejemplares de nuestra comunidad.
Si Mahoma no va a la montaña, que la montaña vaya a Mahoma; si la sociedad no logra generar almas nobles y próceres, creemos almas nobles y próceres y luego acerquémoslas a la sociedad." Quizás nos auyden a purificarla y mejorarla"...
El Concejal Salvatierra alzó la mano y preguntó: "¿Está diciendo, compañero Humanes, que quiere crear próceres por decreto?"
- Por Decreto no, Concejal Salvatierra, por ordenanza, que es casi lo mismo", sentenció Humanes.
Humanes encendió un habano y se sirvió un whisky.
Mayoría absoluta y aprobación sobre tablas. Sólo restaba discutir la operatoria, pero su proyecto había sido exitoso, entraría en los libros de historia y los manuales de primaria por la puerta grande; había logrado resucitar la raza de los próceres, y por decreto, bueno, en realidad, por ordenanza, que es casi lo mismo.
Wednesday, November 08, 2006
Cap. 2 - La Presentación (2º Parte)
Tras convencer al Gobernador sobre su proyecto y haberle mostrado lo que quería hacer, con renovada confianza supo cuál era el siguiente paso: Preparar durante el fin de semana una presentación capaz de dejar boquiabiertos a los colegas concejales y hacerlos aprobar su proyecto. De esa manera podría revivir una especie extinta, la de los hombres y mujeres de bien, la de los merecedores de un sitial en los libros de historia, la raza de los próceres.
Lo primero que hizo al llegar a su casa, una casa demasiado grande para una persona con el cheque oficial que recibía Humanes cada mes, fue prender la hornalla y colocar una pava con agua. Preparó el mate y esperó que el agua estuviera lista antes de sentarse en su sofá a mirar televisión y descansar. Humanes era fanático de descansar, pero esta vez el descanso estaba merecido. Era el primer descanso merecido en mucho tiempo, así que lo iba a aprovechar, y no porque los otros descansos anteriores hubieran sido incómodos, sino porque esta vez se podría regodear. Éste era el primer descanso con cansancio que tenía por trabajo desde su asunción, éste era su primer descanso cívico.
Canal tras canal veía pasar imágenes de nada y más nada que llenaban la pantalla. Dos señoras mayores peleando, una persecución policial a alta velocidad, sangre en una avenida, dos animales (o eran robots animales) persiguiendo vaya uno a saber qué, en vaya uno a saber qué planeta de dibujos animados, algunas mujeres mostrando sus nalgas y retorciéndose con una música estridente de fondo; cámaras intrusas que mostraban la intimidad de unos jóvenes que debían hacer nada y aún así encontrar motivos para pelearse, un documental sobre roqueros drogadictos que perdían la vida siendo aún poco más que adolescentes; ¡Oh Dios, cómo amaba Humanes la televisión! Todo esto le parecía brillante. Excepto los noticieros. Los noticieros eran la única parte de la televisión que podía molestar a Humanes; más de una vez maldijo esas cámaras y más de una vez se sintió tentado de golpear algún periodista. Por suerte no eran la mayoría. Por suerte algunos se conformaban con ingresar en la rotación oficial de publicidades, y mientras las obras se anunciaran al aire por sus pantallas y micrófonos, qué más daba que algún tufillo quedara siempredando vueltas, pero nunca encontrando el momento de aparecer.
La mayoría de los noticieros eran demasiado cortos. Y después de anunciar las obras, de contar los muertos en los accidentes, dar los resultados deportivos, contar los últimos chismes de la farándula, presentar el pronóstico y mostrar los números de la lotería, qué noticiero tendría aún tiempo de mostrar algún teje maneje que, encima, habría que explicar.
Sin embargo, los noticieros lo ponían nervioso. El material estaba pero nunca salía al aire; pero algún día podía salir, algún día podía salir...
Lo primero que hizo al llegar a su casa, una casa demasiado grande para una persona con el cheque oficial que recibía Humanes cada mes, fue prender la hornalla y colocar una pava con agua. Preparó el mate y esperó que el agua estuviera lista antes de sentarse en su sofá a mirar televisión y descansar. Humanes era fanático de descansar, pero esta vez el descanso estaba merecido. Era el primer descanso merecido en mucho tiempo, así que lo iba a aprovechar, y no porque los otros descansos anteriores hubieran sido incómodos, sino porque esta vez se podría regodear. Éste era el primer descanso con cansancio que tenía por trabajo desde su asunción, éste era su primer descanso cívico.
Canal tras canal veía pasar imágenes de nada y más nada que llenaban la pantalla. Dos señoras mayores peleando, una persecución policial a alta velocidad, sangre en una avenida, dos animales (o eran robots animales) persiguiendo vaya uno a saber qué, en vaya uno a saber qué planeta de dibujos animados, algunas mujeres mostrando sus nalgas y retorciéndose con una música estridente de fondo; cámaras intrusas que mostraban la intimidad de unos jóvenes que debían hacer nada y aún así encontrar motivos para pelearse, un documental sobre roqueros drogadictos que perdían la vida siendo aún poco más que adolescentes; ¡Oh Dios, cómo amaba Humanes la televisión! Todo esto le parecía brillante. Excepto los noticieros. Los noticieros eran la única parte de la televisión que podía molestar a Humanes; más de una vez maldijo esas cámaras y más de una vez se sintió tentado de golpear algún periodista. Por suerte no eran la mayoría. Por suerte algunos se conformaban con ingresar en la rotación oficial de publicidades, y mientras las obras se anunciaran al aire por sus pantallas y micrófonos, qué más daba que algún tufillo quedara siempredando vueltas, pero nunca encontrando el momento de aparecer.
La mayoría de los noticieros eran demasiado cortos. Y después de anunciar las obras, de contar los muertos en los accidentes, dar los resultados deportivos, contar los últimos chismes de la farándula, presentar el pronóstico y mostrar los números de la lotería, qué noticiero tendría aún tiempo de mostrar algún teje maneje que, encima, habría que explicar.
Sin embargo, los noticieros lo ponían nervioso. El material estaba pero nunca salía al aire; pero algún día podía salir, algún día podía salir...
Friday, November 03, 2006
Cap. 2 - La Presentación (1º Parte)
Margarita entregó el archivo corregido, tras los innumerables errores de ortografía. Como siempre decía Humanes: "Soy político, no profesor de lengua".
Margarita tampoco lo era, pero se sabía las reglas ortográficas lo suficientemente bien como para dejar el trabajo bien hecho, prolijo, bien redactado, sin errores. Ahora había que probarlo en la cancha.
-"Margarita. Llámelo al Gobernador a ver si me puede recibir mañana para que le presente el proyecto", dijo Humanes.
-"¡Cómo no, licenciado! Ahora... discúlpeme que me meta, pero ¿está usted seguro de lo que va a pedirle al Concejo que aprueben, no suena un poco, cómo decirlo, extraño?" Decía esas palabras y a Margarita le sonaba como si no fuera su propia voz la que cuestionaba; ella jamás lo había hecho, fuera lo que fuera que le hubieran pedido que hiciera. Ni cuando, en el mandato anterior, su antiguo jefe le había pedido organizar una fiesta negra para un embajador europeo. Y sin embargo, hoy se escuchaba a sí misma preguntando, y le sonaba lejos su voz, distante, como ajena, le hubiera gustado que fuera una voz ajena...
-"Sí, Margarita, estoy seguro. No se preocupe, no me volví loco, al contrario, creo que nunca estuve más cuerdo ni más iluminado que ahora. Comprendo que no lo entienda. Al principio resulta difícil para quienes están descreídos, pero es lo que nuestra sociedad necesita; y es lo que va a recibir. Veinte nuevos próceres".
-"¿Por decreto?"
- "Sí, Margarita, por decreto, bah, por ordenanza, que sería algo similar".
Margarita tampoco lo era, pero se sabía las reglas ortográficas lo suficientemente bien como para dejar el trabajo bien hecho, prolijo, bien redactado, sin errores. Ahora había que probarlo en la cancha.
-"Margarita. Llámelo al Gobernador a ver si me puede recibir mañana para que le presente el proyecto", dijo Humanes.
-"¡Cómo no, licenciado! Ahora... discúlpeme que me meta, pero ¿está usted seguro de lo que va a pedirle al Concejo que aprueben, no suena un poco, cómo decirlo, extraño?" Decía esas palabras y a Margarita le sonaba como si no fuera su propia voz la que cuestionaba; ella jamás lo había hecho, fuera lo que fuera que le hubieran pedido que hiciera. Ni cuando, en el mandato anterior, su antiguo jefe le había pedido organizar una fiesta negra para un embajador europeo. Y sin embargo, hoy se escuchaba a sí misma preguntando, y le sonaba lejos su voz, distante, como ajena, le hubiera gustado que fuera una voz ajena...
-"Sí, Margarita, estoy seguro. No se preocupe, no me volví loco, al contrario, creo que nunca estuve más cuerdo ni más iluminado que ahora. Comprendo que no lo entienda. Al principio resulta difícil para quienes están descreídos, pero es lo que nuestra sociedad necesita; y es lo que va a recibir. Veinte nuevos próceres".
-"¿Por decreto?"
- "Sí, Margarita, por decreto, bah, por ordenanza, que sería algo similar".
El Licenciado Humanes (Parte 3)
Una vez que el Gobernador se retiró, Humanes se volvió a su computadora.
Ya había logrado nueve páginas de proyecto y calculaba que iba por la mitad; y sabía que no era el momento de frenar aún, así que apuró una nueva taza de café, y el cigarrillo que se había regalado como premio por la jornada ininterrumpida de trabajo. No estaba permitido fumar dentro del Concejo, pero salir le iba a llevar mucho tiempo y allí nadie lo vería ni recibiría su humo, así que lo fumó mientras se reclinaba en su silla.
La Jornada estaba llegando a su fin, la laboral, claro, y Humanes tenía el proyecto casi del todo cocinado, le faltaba sólo pulir unos cuantos detalles, redondear la conclusión, y podría dejárselo a Margarita para que lo corrigiera. En dos días estaría en condiciones de mostrárselo al Gobernador, y con el fin de semana de por medio, preparar la presentación ante el Concejo para el lunes. Sonreía satisfecho por su civismo. Hacía años que no trabajaba un fin de semana, y esta vez lo haría, por fin lo haría, debía significar algo, algo importante.
"Y por el bien de nuestra sociedad, algo debe cambiar, y lamentablemente hemos demostrado sobradamente que no somos nosotros quienes implementaremos el cambio; empecemos por aquí y dejémosle eun camino libeardo y sin piedras a los próceres del mañana" Punto final.
Había logrado la conclusión. Guardó el archivo y le dejó a Margarita una nota con el pedido para que al día siguiente lo corrigiera. Era la primera vez, desde su asunción, que él se retiraba después que su asistente. Lo tomaba como un buen presagio, como si el proyecto hubiera nacido bajo buena estrella. Cosas positivas saldrían de su proyecto. Estaba por fin aportando su granito de arena para cambiar el mundo. Su mundo cercano, al menos, su sociedad.
Ahora necesitaba solamente contar con el apoyo de sus colegas concejales.
Ya había logrado nueve páginas de proyecto y calculaba que iba por la mitad; y sabía que no era el momento de frenar aún, así que apuró una nueva taza de café, y el cigarrillo que se había regalado como premio por la jornada ininterrumpida de trabajo. No estaba permitido fumar dentro del Concejo, pero salir le iba a llevar mucho tiempo y allí nadie lo vería ni recibiría su humo, así que lo fumó mientras se reclinaba en su silla.
La Jornada estaba llegando a su fin, la laboral, claro, y Humanes tenía el proyecto casi del todo cocinado, le faltaba sólo pulir unos cuantos detalles, redondear la conclusión, y podría dejárselo a Margarita para que lo corrigiera. En dos días estaría en condiciones de mostrárselo al Gobernador, y con el fin de semana de por medio, preparar la presentación ante el Concejo para el lunes. Sonreía satisfecho por su civismo. Hacía años que no trabajaba un fin de semana, y esta vez lo haría, por fin lo haría, debía significar algo, algo importante.
"Y por el bien de nuestra sociedad, algo debe cambiar, y lamentablemente hemos demostrado sobradamente que no somos nosotros quienes implementaremos el cambio; empecemos por aquí y dejémosle eun camino libeardo y sin piedras a los próceres del mañana" Punto final.
Había logrado la conclusión. Guardó el archivo y le dejó a Margarita una nota con el pedido para que al día siguiente lo corrigiera. Era la primera vez, desde su asunción, que él se retiraba después que su asistente. Lo tomaba como un buen presagio, como si el proyecto hubiera nacido bajo buena estrella. Cosas positivas saldrían de su proyecto. Estaba por fin aportando su granito de arena para cambiar el mundo. Su mundo cercano, al menos, su sociedad.
Ahora necesitaba solamente contar con el apoyo de sus colegas concejales.
Tuesday, October 31, 2006
El Licenciado Humanes (parte 2)
Mientras su teléfono sonaba y sonaba, y llamada tras llamada iban al buzón de mensajes, Humanes, como poseído, febrilmente, tipeaba en la computadora, en un Word pelado al que luego Margarita le daría algún formato para que quedara prolijo, y le revisara la ortografía y el tipeo; ninguno era su fuerte. Él era un hombre de palabras, de las dichas, no las escritas.
Tras las dos primeras horas en que no decayó nunca su ritmo e inspiración, por fin se movió y pidió a Margarita el primer café de la jornada. Esta vez se lo había ganado, a diferencia de las miles de tazas anteriores que sólo eran para poder quemar cuatro o cinco minutos de una jornada tediosa e improductiva.
Hoy no, hoy iba a arrojar su pregunta al papel, para luego confrontarla con el resto del Concejo.
"Prócer, ¿se nace o se hace?"
En un intento de aumentar su inspiración desplegó en su escritorio todos los billetes de diferente denominación. Cada uno tenía la cara de uno de los padres de la Patria.
Con esa especie de collage histórico enfrente se dio cuenta que estaba sobre la pista de algo interesante; de un gran experimento cívico y social. Sólo restaba que los demás concejales lo aprobaran, y para eso iba a realizar el proyecto, para convencerlos.
Llegada la hora del almuerzo, Humanes no frenó, siguió trabajando, llenando hoja tras hoja del proyecto, como en trance.
Recié na las quince horas se detuvo un momento, porque Margarita ingresó al despacho para avisarle que el Gobernador, presidente de su partido, lo había ido a ver. Eso sí era urgente.
-"Gobernador ¿cómo le va? Pase usted, ¿qué se le ofrece?"
- "Licenciado Humanes" - dijo el Gobernador, un hombre intimidante, que exudaba poder por los poros, y que con su casi metro noventa reclamaba atención cada vez que entraba a un salón.- "vengo a verlo porque están circulando rumores sobre su improductividad en el Concejo", dijo, yendo al grano. "No hace falta que le recuerde que fui yo quien lo acompañó en su campaña y quien recomendó a la gente a que lo votara; está también mi reputación en juego; y jamás juego con ella. Quiero venir a usted, que me diga de primera mano, si tengo o no que creerle a estos rumores." Recién en ese momento el Gobernador se sentó y esperó la respuesta de Humanes, que sintió como si fuera una prueba de fe que le exigía su propia razón para seguir adelante. Debía convencer al Gobernador; ya que esto le allanaría el terreno ante el Concejo. Tener al Gobernador de su lado sería casi una garantía que el proyecto se llevaría a cabo. Al final de cuentas, ese hombre era el más poderoso de la Provincia.
Tragó saliva y comenzó.
-"Bien, Gobernador. Usted conoce mejor que nadie cómo son los rumores; el hecho que aún no haya presentado ningún proyecto no quiere decir que no esté trabajando" - comenzó con una mentira piadosa, pero la necesitaba para lograr el bien mayor, el objetivo último, como lo son todas las mentiras piadosas, límite extraño si los hay...
-"Simplemente me tomo mi tiempo para trabajar como corresponde. Le cuento de qué se trata el proyecto en el que estoy actualmente detallando y puliendo sus formas.
Estoy postulando que, así como alguna vez se extinguieron los dinosaurios; en nuestra sociedad se extinguieron los próceres".
Tras esa frase, Humanes tomó coraje y avanzó más decidido con sus palabras hacia el Gobernador.
"Estoy buscando responer la pregunta sobre si Prócer, ¿se nace o se hace?".
El Gobernador lo miraba y parecía tener sólo dos preguntas: ¿Cómo y cuánto costaría hacerlo?
Humanes recibió el café que Margarita traía, y tras guiñarle el ojo en complicidad, continuó:
"Hoy por hoy la sociedad está perdida, no sabemos dónde ir, no hay modelos a seguir, y así estamos extinguiendo la clase que empuja para que el país crezca; o que alguna vez empujó." Tomó aire y siguió, con creciente confianza. "Si hoy somos algo es por ellos y la diferencia que supieron hacer en la sociedad, y sinceramente no creo que hoy haya mucho de eso. Pero con mi proyecto de ordenanza estaremos estudiando si se puede predestinar a alguien a serlo".
- "Suena ambicioso", dijo el Gobernador, "muy ambicioso, ¿qué tan factible cree que es?".
- "Estoy terminando de definirlo. Le prometo que antes de mostrarlo al Concejo, se lo explicaré en detalle, ¿le parece?"
- "Me parece bien. Lo dejo seguir trabajando. Manténgame al tanto, y por favor apúrese, no me gusta que se hable mal de mí, ni de mis colegas sin fundamento. Apúrese, así no les damos razones".
Tras las dos primeras horas en que no decayó nunca su ritmo e inspiración, por fin se movió y pidió a Margarita el primer café de la jornada. Esta vez se lo había ganado, a diferencia de las miles de tazas anteriores que sólo eran para poder quemar cuatro o cinco minutos de una jornada tediosa e improductiva.
Hoy no, hoy iba a arrojar su pregunta al papel, para luego confrontarla con el resto del Concejo.
"Prócer, ¿se nace o se hace?"
En un intento de aumentar su inspiración desplegó en su escritorio todos los billetes de diferente denominación. Cada uno tenía la cara de uno de los padres de la Patria.
Con esa especie de collage histórico enfrente se dio cuenta que estaba sobre la pista de algo interesante; de un gran experimento cívico y social. Sólo restaba que los demás concejales lo aprobaran, y para eso iba a realizar el proyecto, para convencerlos.
Llegada la hora del almuerzo, Humanes no frenó, siguió trabajando, llenando hoja tras hoja del proyecto, como en trance.
Recié na las quince horas se detuvo un momento, porque Margarita ingresó al despacho para avisarle que el Gobernador, presidente de su partido, lo había ido a ver. Eso sí era urgente.
-"Gobernador ¿cómo le va? Pase usted, ¿qué se le ofrece?"
- "Licenciado Humanes" - dijo el Gobernador, un hombre intimidante, que exudaba poder por los poros, y que con su casi metro noventa reclamaba atención cada vez que entraba a un salón.- "vengo a verlo porque están circulando rumores sobre su improductividad en el Concejo", dijo, yendo al grano. "No hace falta que le recuerde que fui yo quien lo acompañó en su campaña y quien recomendó a la gente a que lo votara; está también mi reputación en juego; y jamás juego con ella. Quiero venir a usted, que me diga de primera mano, si tengo o no que creerle a estos rumores." Recién en ese momento el Gobernador se sentó y esperó la respuesta de Humanes, que sintió como si fuera una prueba de fe que le exigía su propia razón para seguir adelante. Debía convencer al Gobernador; ya que esto le allanaría el terreno ante el Concejo. Tener al Gobernador de su lado sería casi una garantía que el proyecto se llevaría a cabo. Al final de cuentas, ese hombre era el más poderoso de la Provincia.
Tragó saliva y comenzó.
-"Bien, Gobernador. Usted conoce mejor que nadie cómo son los rumores; el hecho que aún no haya presentado ningún proyecto no quiere decir que no esté trabajando" - comenzó con una mentira piadosa, pero la necesitaba para lograr el bien mayor, el objetivo último, como lo son todas las mentiras piadosas, límite extraño si los hay...
-"Simplemente me tomo mi tiempo para trabajar como corresponde. Le cuento de qué se trata el proyecto en el que estoy actualmente detallando y puliendo sus formas.
Estoy postulando que, así como alguna vez se extinguieron los dinosaurios; en nuestra sociedad se extinguieron los próceres".
Tras esa frase, Humanes tomó coraje y avanzó más decidido con sus palabras hacia el Gobernador.
"Estoy buscando responer la pregunta sobre si Prócer, ¿se nace o se hace?".
El Gobernador lo miraba y parecía tener sólo dos preguntas: ¿Cómo y cuánto costaría hacerlo?
Humanes recibió el café que Margarita traía, y tras guiñarle el ojo en complicidad, continuó:
"Hoy por hoy la sociedad está perdida, no sabemos dónde ir, no hay modelos a seguir, y así estamos extinguiendo la clase que empuja para que el país crezca; o que alguna vez empujó." Tomó aire y siguió, con creciente confianza. "Si hoy somos algo es por ellos y la diferencia que supieron hacer en la sociedad, y sinceramente no creo que hoy haya mucho de eso. Pero con mi proyecto de ordenanza estaremos estudiando si se puede predestinar a alguien a serlo".
- "Suena ambicioso", dijo el Gobernador, "muy ambicioso, ¿qué tan factible cree que es?".
- "Estoy terminando de definirlo. Le prometo que antes de mostrarlo al Concejo, se lo explicaré en detalle, ¿le parece?"
- "Me parece bien. Lo dejo seguir trabajando. Manténgame al tanto, y por favor apúrese, no me gusta que se hable mal de mí, ni de mis colegas sin fundamento. Apúrese, así no les damos razones".
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